Santiago de Cuba representa para el país un fiel exponente
de las Artes Escénicas y en particular, del teatro de relaciones, que es parte
del quehacer de este pueblo caribeño. Cada fin de semana la urbe protagoniza un
fuerte movimiento cultural con diferentes grupos nacidos al calor de las
relaciones, que datan de la época de los mamarrachos, en la centuria del XVI.
Los artistas tienen como principal escenario, calles y
plazas. Ejemplo de ello, la actriz Fátima Patterson con su Café Teatro Macubá,
donde en sus obras recoge leyendas y
cuentos tradicionales.
La palabra como un don de la oralidad. El Laboratorio
Palenque siempre se encuentra en el parque Serrano en el mismo centro de la
calle Enramadas, como homenaje al desaparecido actor Rogelio Meneses, fundador
y director de esta agrupación teatral.
Pero si se hace una retrospectiva de todo este movimiento,
hay que remitirse necesariamente al Conjunto Dramático de Oriente que radicó en
la actual sala Van Troi, hoy sede del Cabildo Santiago. Transición de los
relacioneros de Santiago de Cuba en la década de 1960, cuando surgieron piezas
como “El macho y el guanajo” y “Cuando Santiago Apóstol puso los pies en la
tierra”.
Por supuesto los escenarios asumieron al teatro callejero
convirtiéndolo en su razón de ser y forma parte de las raíces de la
nacionalidad cubana y centro de la cultura popular.
Ese es el motivo primordial que hoy por hoy, la ciudad
sureña y antillana reafirma su condición genuina exponente del teatro cubano de
relaciones.